Si te aventuras como freelance y te va bien, tarde o temprano puedes tener que plantearte cómo crecer. Y es que pasar de trabajar tú solo a trabajar con más personas no resulta especialmente fácil, aunque el beneficio potencial sea seductor.
Pero como si algo hay en SinOficina🌴 son autónomos, te entendemos. Muchos de nosotros hemos pasado por la posibilidad de crecer siendo freelance, y la hemos resuelto de maneras diferentes.
Y esas maneras, precisamente, son lo que te vamos a contar aquí. Así que coge papel y boli, y entérate de cómo crecer siendo freelance.

Razones para querer crecer como freelance
Antes del cómo, siempre debe haber un por qué. Y cuando se trata de crecer, hay que tener claras las razones; no son pocos los que intentaron crecer por las razones equivocadas o antes de tiempo y se quedaron por el camino.
Entonces, ¿por qué querría crecer un freelance?
Pues verás, los beneficios son varios. El más inmediato: seguridad financiera. Si creces, por ejemplo, subcontratando el trabajo para tus clientes, podrás asumir más carga de trabajo y quedarte con la diferencia entre lo que te cuesta lo que subcontratas, y lo que los clientes finalmente pagan.
¿Y si vienen mal dadas? Reabsorbes trabajo, y listo.
Pero ojito, porque ese modelo de crecimiento no está exento de riesgos, como veremos más adelante.
Por otro lado, uno de los beneficios más interesantes de crecer para un freelance es la solidez de su marca. Más trabajos bien hechos significa más autoridad y más reputación, así que crecer bien puede resultar muy atractivo.
Ojo: crecer bien.
Y también está, por supuesto, la posibilidad de desentenderte de las tareas que menos satisfacción te producen y centrar tu trabajo ejecutivo en aquellas áreas en las que aportas más valor, lo que seguramente te permita mejorar y también aumentar paulatinamente tus tarifas.
Como ves, crecer puede ser muy interesante para un profesional independiente. Pero, ¿cómo lo hacemos?
3 formas en las que puede crecer un freelance
En SinOficina🌴 entendemos que hay tres maneras principales de crecer como freelance: cobrando más, mejorando tu calidad de vida, y pasando a funcionar como una especie de agencia.
No saltes directamente a la última de las opciones, porque las dos primeras son la clave para no sacrificar tu felicidad en el camino de hacer crecer tu actividad profesional.
👉 Mejora tu facturación como freelance
No es un secreto que los freelance tienen un importante techo a la hora de trabajar: las horas del día.
Es por esto por lo que un freelance aspirará de manera natural a cobrar más por hora trabajada, conforme gane en formación, experiencia y autoridad de cara al mercado. Ahora bien, ¿de verdad esto debe tener como objetivo ganar más en todo caso, especialmente si se mantiene una jornada de trabajo extenuante?
Es decir: quién es más rico, ¿el que gana a final de mes 2000€ netos trabajando 20h a la semana, o el que gana 3500€ trabajando 40h pero al final del día no puede disfrutarlos?
Y no te creas que están mal hechos los cálculos: más horas no se tiene que traducir necesariamente en más dinero.
Por eso una opción sensata para muchos freelance es dejar de ser, en realidad, empleados por cuenta propia, trabajadores que solo dependen de sus horas para poder obtener un rendimiento, y empezar a incrementar su facturación para superar el umbral de ingresos que tendrían en un puesto similar, si trabajaran a cambio de una nómina.
¿El mejor camino para ello? Consigue más y mejores trabajos, gana autoridad y prestigio, obtén resultados, sigue formándote e, incluso, aumenta tu cartera de servicios completando tu perfil con opciones rentables que no sean excesivamente intensivas en horas de trabajo.
👉 Mejora tu calidad de vida personal y profesional
Esta es la otra cara del trabajador por cuenta propia, el freelance que trabaja 50 o 60 horas semanales y apenas llega a fin de mes. Y no son pocos los que se encuentran en esta situación.
Pero, ¿qué pasaría si conseguimos más facturación y ya no necesitamos trabajar tantas horas para obtener lo mismo… pero además nos sentimos más satisfechos cuando trabajamos?
Doble combo con tirabuzón, ¿verdad?
Esto ocurre, por ejemplo, porque tenemos “mejores” clientes. Clientes cuya cultura de trabajo se alinea con la tuya, cuyos valores encajan con los tuyos y que respetan tu tiempo y tu dedicación.
No nos mintamos a estas alturas; los clientes son como los culos: los hay de todo tipo.
Pero con mejores clientes podemos alcanzar una meta muy importante en todo freelance emprendedor: mayor calidad de vida profesional y personal.
Si además al hecho de sentirte mejor con tus clientes le añades la posibilidad de subcontratar las tareas que personalmente te resultan más tediosas (en un asistente virtual, por ejemplo) y consigues automatizar tus procesos de tal manera que las tareas de poco valor apenas consuman tu tiempo, el salto cualitativo es importante.
Y con estas cuestiones tan sencillas, tienes freelances que pueden alcanzar “fácilmente” esos 3500€ que hablábamos más arriba o más… pero con 20h de trabajo, y no con 40. Suena bien, ¿verdad?

Pasar de freelance a agencia
Y ahora llegamos a lo que la mayoría de gente considera “crecer de verdad”: ser más personas trabajando en un mismo proyecto. Es lo que suele llamarse “ser una agencia”, aunque aquí las opiniones están algo divididas.
Verás, se puede llamar agencia a tres tipos de organizaciones distintas, pero los puristas solo consideran agencia a la que tiene una forma jurídica diferenciada y gente trabajando en nómina.
No vamos a entrar en ese debate. Pero la realidad es que en el paso de freelance a agencia, se dan estas tres modalidades:
Agencias que nacen de colaboradores
El primer tipo de agencia es la que se fundamenta en el trabajo y la marca personal de un único freelance, que subcontrata algunos de sus servicios en su totalidad, o en parte.
Cuando un freelance empieza a crecer en servicios prestados o en carga de trabajo, suele optar por este modelo.
Sin embargo, algunas veces esta modalidad da paso a una nueva marca que no nace de un único freelance, sino que permite que varios profesionales independientes especializados en distintas áreas trabajen bajo un nombre común, en igualdad de condiciones.
En este caso, la agencia está formada por varios profesionales y la captación de clientes no recae fundamentalmente en uno de ellos, como en el primer caso. De esta manera, la responsabilidad sobre la calidad del trabajo que se desarrolla tampoco recae en una única persona. Estas cuestiones recaen, en cambio, en la “marca” en general.
Si estás pensando en esta opción a la hora de crecer como freelance, te recomendamos que le eches un vistazo a nuestro artículo sobre cómo elaborar un pacto de socios. Te vendrá bien considerarlo porque más vale prevenir… que curar.
Agencias que nacen con plantilla
Otra modalidad de agencia es aquella que, en vez de nacer como el esfuerzo agrupado de varios autónomos, nace de la incorporación de nuevos trabajadores al proyecto inicial.
Por ejemplo, cuando un freelance, en lugar de subcontratar a otro profesional, contrata en nómina a una persona, aunque sea a jornada parcial.
Conforme aumente la carga de trabajo y el número y calidad de los clientes crezca, el trabajador va obteniendo más horas de trabajo, e incluso es necesario contratar a más personas.
Quienes crean una agencia desde cero, ya sea con o sin socios, optan a veces por esta modalidad, que también tiene sus riesgos.
A fin de cuentas, tener una agencia en la que cada colaborador es un freelance que tiene además otros proyectos es mucho menos arriesgado y más económico que incluir en nómina a un trabajador, de quien hay que pagar un salario y las cotizaciones correspondientes.
Si estás pensando en crecer en esta dirección, te recomendamos que valores la inversión que necesitas para ello. Tener en tu cuenta suficiente dinero para desembolsar la nómina a final de mes es imprescindible si quieres sobrevivir a crecer de esta manera.
En cualquier caso, sea cual sea la opción preferente, debes saber que una agencia puede trabajar para clientes finales, pero también para otras agencias, siempre y cuando resulte rentable a nivel económico.
Es decir, que las oportunidades son muchas, pero se centran siempre en dos cuestiones básicas: conseguir más y mejores clientes. Clientes rentables, que obtengan resultados y sobre todo, que reciban un buen trabajo.

Los 10 errores más frecuentes a la hora de crecer como freelance
Ahora que ya conocemos las modalidades en las que puede crecer un freelance, parémonos a pensar un poco en los errores que se pueden cometer al hacerlo… porque no son pocos. Tenemos nada más y nada menos que 10.
👉 No dedicar tiempo a conocer a tus colaboradores
Si como freelance eliges el modelo de crecimiento de red de colaboradores, ya sea bajo una marca común o bajo tu propia marca, debes conocer en profundidad a las personas con las que compartes proyecto.
Conocer sus expectativas, sus vicios y virtudes y su carácter te ayudará a prevenir conflictos y errores de comunicación.
👉 No priorizar el talento
Esto implica no dedicar esfuerzos a localizar el talento que hay ahí fuera, y no dedicarlo a retenerlo. Un trabajador o colaborador descontento es un riesgo reputacional en potencia para la marca, y aunque nadie puede tener a todo el mundo contento todo el rato, es importante apostar por el talento (y su precio, claro).
👉 No procedimentalizar tu cultura de trabajo
Los procedimientos son un rollo, pero ayudan a minimizar los riesgos por errores de comunicación y de asignación de tareas, y además permiten establecer unas reglas claras de juego a las que todas las partes implicadas se deben atener.
Desde el trato con clientes a los plazos estimados por departamento y proyecto, controlar el desempeño y los procesos de tu agencia es fundamental, aunque lo hagas a un nivel básico.
Además, una vez lo has procedimentalizado, el coste de formar a un nuevo colaborador o trabajador disminuye drásticamente, puesto que solo tiene que familiarizarse con los procesos para empezar a trabajar.
👉 No cuidar al equipo
En general, no estar atento a sus necesidades, a la manera en la que se entrega (y sobre todo, se recibe) feedback o comentarios de retroalimentación, pueden dar al traste con cualquier empresa.
Y ahí se incluye también dos cuestiones importantes: contratar cuando se necesita para no sobrecargar al equipo, y despedir cuando se debe realmente.
Como ves, convertirte en una agencia es a menudo dejar de ser freelance… y pasar a ser gestor.
👉 Desatender las necesidades reales de los clientes
Un error común. El día a día nos atrapa, vamos de acá para allá apagando fuegos… y descubrir lo que necesitan los clientes realmente pasa a un segundo plano.
Este error se da también entre los freelances, pero las agencias pueden ver peligrar seriamente su estructura si desatienden los procesos para conocer en qué estado están cada uno de sus clientes respecto del trabajo que realizan para ellos.
👉 No dedicar suficientes esfuerzos a la captación de nuevos clientes
Es una manera en que las agencias se sitúan en su zona de confort. Sin que sea imprescindible aspirar a convertirse en una gran empresa con decenas de trabajadores, la captación de nuevos clientes es imprescindible sabiendo que cada cliente tiene una vida útil determinada, y lo más probable es que tarde o temprano abandone la agencia por una u otra razón.

👉 Prometer resultados definitivos
Un error de freelances y de agencias, también. Uno no puede comprometerse con resultados si no controla el cien por cien de los factores. E incluso así, puede haber factores externos que den al traste con el trabajo realizado, incluso aunque este sea muy bueno.
Comprometerse con resultados definitivos o generar expectativas demasiado altas en los clientes y el equipo trabajará siempre en contra de los intereses de la agencia.
👉 No controlar sus finanzas
Es una asignatura pendiente para muchos freelances, con la particularidad de que la cuestión financiera se complica ligeramente en una agencia.
Asegurarte de que cuentas con flujo de caja suficiente para ingresar puntualmente en tiempo y forma las nóminas de tus clientes o los honorarios de tus colaboradores debería estar fuera de toda opción, si quieres crecer de manera profesional y confiable.
👉 Endeudarse en exceso
Otro problema financiero. Endeudarse moderadamente puede ser beneficioso para la empresa, tanto a nivel fiscal como operativo, puesto que la deuda se descuenta de los beneficios, por los que se tributa, y además permite financiar el crecimiento de la empresa.
Ahora bien, endeudarse hasta el punto de comprometer la viabilidad de la empresa es fácil si no cuenta con el asesoramiento financiero de calidad, así que no obvies tampoco esta cuestión.
👉 Empobrecer la calidad del trabajo de la agencia
Cuando se quiere crecer demasiado rápido y los errores anteriores se acumulan, es decir, cuando no se crece bien, el trabajo final que se entrega a los clientes se resiente.
Esto genera clientes descontentos que se irán antes de la empresa y, sobre todo, potenciales crisis reputacionales que tiren por tierra el trabajo de años.
Sea como sea que un freelance quiera crecer, la calidad del trabajo no debe verse jamás comprometida.
Estos son los consejos que tenemos en SinOficina🌴 para darte si quieres saber cómo crecer siendo freelance. Esperamos que te resulten de utilidad y que eches un vistazo a las lecturas que te traemos más adelante: te vendrán bien si estás pensando en crecer.