Sin objetivos de negocio no hay estrategia, solo un deseo de llegar a aquello con lo que se sueña.
La frase la podría haber firmado Steve Jobs o cualquier CEO molón de Silicon Valley, pero la estás leyendo en SinOficina🌴
¿Por qué? Porque tener objetivos de negocio bien definidos importa. Y a nosotros nos encanta traerte cosas frescas y pertinentes que hagan que tú te acerques al lugar en el que quieres estar.
Y es que definir objetivos de negocio importa tanto como hacerlo en cualquier otra faceta de la vida. Son el marco, la dirección y el resultado deseado de los esfuerzos. Y cuando identificas algo tan importante, ya has dado el primer paso de un plan para obtenerlo.
¿Todo listo? Pues empezamos.

La importancia de tener objetivos definidos para tu negocio
Verás, la mayoría de personas no sabe definir un objetivo. Dicen “quiero ser rico”, pero eso no es un objetivo, sino un deseo.
Un objetivo tiene que ser, primero de todo, concreto y medible. Si no es concreto y medible, es una meta, un deseo, pero no un objetivo.
¿Y por qué son importantes? Pues porque sin ellos no hay lugar hacia el que ir, ni hoja de ruta que seguir.
Definir objetivos, incluso cuando no sean muy realistas o requieran ajustes en un periodo corto de tiempo, permite que orientemos nuestras acciones a conseguir los resultados que los objetivos expresan.
Por ejemplo, cuando estableces un objetivo de facturación, el siguiente paso es pensar cómo lograrlo. Si solo dices “voy a facturar más que el año pasado”, lo habrás cumplido igualmente tanto si facturas 1€ más, como si facturas exactamente el doble (¡un incremento del 100%!).
Pero resulta que lo más probable es que las acciones llevadas a cabo para conseguir un resultado o el otro, no tengan nada que ver entre sí. Ni consuman los mismos recursos, ni impliquen el mismo nivel de consolidación de tu negocio.
Ahora bien, ¿cómo sé que estoy estableciendo los objetivos de negocio de forma correcta? Pues de la siguiente manera.
Cómo establecer objetivos en tu actividad empresarial
En primer lugar, debes saber que a la hora de establecer objetivos es imprescindible tener en cuenta tu punto de partida, desde todas las perspectivas relevantes posibles.
Es decir, deberás valorar si trabajas solo, o en equipo. Si tienes una cantidad concreta de dinero, tiempo y otros recursos disponible, y cuáles son los plazos que tienes para conseguirlo.
Sin un buen análisis de partida, probablemente la definición de objetivos de negocio sea mucho más compleja, porque obviamente no es lo mismo tomar decisiones cuando dispones de mucha información de calidad, que tomarlas a ciegas.
De hecho, y teniendo en cuenta que hay muchos sistemas distintos para establecer objetivos, tu punto de partida y las condiciones de tu negocio probablemente determinen que te encaje mejor un sistema, u otro.
¿Qué cómo se aprende eso? Probando. Refinando y recalculando la ruta después de comprobar qué ha funcionado, y qué no.
Pero no adelantemos acontecimientos.
Empecemos valorando qué posibles objetivos podemos contemplar si tenemos en cuenta la línea de tiempo.
La perspectiva temporal y los objetivos
Que hay objetivos que se pueden establecer a corto, medio y largo plazo seguramente es algo que ya sabes.
Ahora bien, lo que es “corto”, “medio” y “largo” es otro tema. No es lo mismo el corto plazo para una empresa en un entorno volátil que para un negocio en el que las cosas apenas cambian de año en año.
Por ejemplo, un medio plazo para una startup tecnológica pueden ser seis meses. Para el bar de tu pueblo, es fácil que dos años sean aún corto plazo. Me sigues, ¿verdad?
Pues esta perspectiva temporal es relevante a la hora de fijar objetivos de negocio. Y lo es porque, en general, cuanto más amplio sea el periodo que se considere, más susceptibles deberían ser los objetivos de alteración o reajuste.
Bueno, eso es así salvo que llegue una pandemia y haga que tu corto plazo se difumine como lágrimas en la lluvia, evidentemente.

Y también es cierto que la “flexibilidad” de los objetivos a veces no es tal. Porque hay dos maneras de adaptarse: o defines unos objetivos concretos a medio y largo plazo que te permitas reajustar, o tus objetivos a medio y largo plazo son más vagos, y así puedes ir metiendo en la cesta todos los cambios que necesites realizar.
No obstante, aquí debemos advertirte una cosa: cualquier sistema debe trabajar para ti, y no al revés. Si cumplir los objetivos es demasiado costoso y estresante, si te ves fracasando una y otra vez o haciendo reajustes continuos, lo más seguro es que haya un problema en el sistema.
En ese caso, revísalo. Debe ser lo suficientemente flexible como para que puedas utilizarlo como marco, sin ser tan rígido que haga que fracases una y otra vez.
Sistemas de establecimiento de objetivos
El criterio temporal no es el único que determina cómo establecer objetivos de negocio. De hecho, desde mitades del siglo XX proliferan distintas culturas empresariales en las que el establecimiento de objetivos de negocio es un elemento más.
A día de hoy, con el empuje del universo startup y la cultura de trabajo en sprints (periodos breves y concretos de cumplimiento de objetivos seguidos de tiempo de evaluación o descanso), la gestión de proyectos y la gestión empresarial se han visto bastante energizadas.
Pero empecemos por lo clásico:
Metodología SMART de establecimiento de objetivos
La metodología SMART de establecimiento de objetivos es un clásico de la gestión de proyectos, el marketing y el desarrollo de negocio.
Según esta metodología, un objetivo SMART es aquel que es específico, medible, alcanzable, relevante y concreto en el tiempo (Specific, Measurable, Achievable, Relevant y Time-framed, por sus siglas en inglés).
Es decir, que en la definición de cualesquiera objetivos que tengamos, debemos asegurarnos de que estos están formulados de tal manera que cumplen con esos criterios.
Por ejemplo: “voy a conseguir un trabajo” no es un objetivo SMART. Es, como mucho, una meta.
Pero “voy a tomarme un café con mi amigo Javi que conoce a alguien que tiene una vacante para un perfil como el mío antes de que acabe esta semana” es específico (una acción concreta), medible (o te lo tomas, o no), alcanzable (es tu amigo, ¿no se va a tomar un café contigo?), relevante (te acerca a esa meta final) y limitado en el tiempo (antes de que acabe esta semana).
Te habrás dado cuenta que eso hace que las ideas más genéricas que requieren un abordaje más prolongado en el tiempo no encajan dentro de la metodología SMART. O no encajan, al menos, como objetivos.
Encajan, sin embargo, como metas. Ese “voy a conseguir un trabajo” no es un objetivo, es una meta. Y puede desgranarse en tantos objetivos como sea necesario para acercarse a ella, y estos objetivos requerir también sus acciones correspondientes.
No es complicado, pero esa precisión es importante porque permite medir de forma más exacta el desempeño. No estás igual de cerca de ese trabajo (o ese cliente) sentado en tu sofá que agotando la lista de amigos que conocen a alguien con quien tomarte ese café.

Los OKR como sistema de establecimiento de objetivos de negocio
Otra metodología interesante dentro del mundo de los sistemas de establecimiento de objetivos de negocio y que conocemos bien en SinOficina🌴 son los OKR, que son las iniciales de Objectives and Key Results.
La particularidad de los OKR es que están especialmente pensados para equipos de trabajo y que incluyen su propia metodología de reuniones de evaluación del desempeño.
De hecho, una parte importante del establecimiento de objetivos según OKR es que esos objetivos deben ser consensuados entre los miembros del equipo.
Esto no impide que los objetivos sean ambiciosos, sino que previene que se den conflictos en el futuro a la hora de realizar las acciones necesarias para cubrir esos objetivos, y facilita que los miembros del equipo se sientan identificados y comprometidos con el resultado y sus responsabilidades, respectivamente.
Y lo que es más, si los OKR se establecen en una empresa, es recomendable hacerlos públicos al menos dentro de la propia organización. Esto ayudaría a generar compromiso e incentivos para lograrlos.
Pero lo más interesante de los OKR es que deben estar en continuo análisis y evolución. De ahí, su sistema de reuniones que facilitan que, conforme se suceden los días y las semanas, el equipo pueda evaluar cuán cerca está de alcanzar esos objetivos de referencia, llevando a cabo los ajustes necesarios en sus procesos para llegar a cumplirlos.
Por último, una parte interesante de los OKR es que pueden irse desgranando de nivel en nivel. Mientras una empresa puede establecer sus OKR a nivel de compañía, estos también pueden ser adaptados al nivel de departamento, de equipo de trabajo y, por último, a nivel individual.
Es una de las razones por las que las personas que están acostumbradas a trabajar por OKRs en otros entornos también aplican esa metodología a la hora de establecer objetivos individuales en otros proyectos, sean personales o no.
A fin de cuentas, lo importante es tener claro a dónde se quiere llegar, cómo se va a llevar a cabo y cómo de bien (o mal) lo estamos haciendo.
Cómo establecemos objetivos en Sin Oficina🌴
He de hacerte una confesión: hemos guardado lo mejor para el final. Porque nosotros, que somos freelances, profesionales digitales y emprendedores y empresarios, somos muy fan de los objetivos, pero resulta que… cada maestrillo tiene su librillo.
Así que a la pregunta de cómo vamos de objetivos en 2020 y cómo preferimos establecerlos, las respuestas de los sinoficiners fueron de lo más variopintas.
Por ejemplo, Pablo Rodríguez sigue la metodología OKR pero, siendo consciente de que hay unas miras más altas que otras a las que apuntar, explica:
[pablo rodríguez]
A nivel empresarial, funcionamos con OKRs trimestrales, aunque diferenciando entre OKR asignados y OKR exigentes (apuntar siempre arriba)
A nivel empresarial, funcionamos con OKRs trimestrales, aunque diferenciando entre OKR asignados y OKR exigentes (apuntar siempre arriba)
Pablo RodríguezEn cambio, Elena y Luca prefieren hacer alguna partición:
Anuales > trimestrales > mensuales > semanales > diarios. (…) Ah, también intento planificar a 25 años vista, para tener una dirección vital general.
Luca PaltrinieriEn fin, estas son algunas de las respuestas que nos dieron los sinoficiners cuando preguntamos por sus secretos en la planificación de objetivos de negocio.
Tú, ¿de qué equipo eres? Parecen que ganan los trimestrales, pero quizá son un periodo demasiado extenso para ti. ¿Te animas a contarnos?