Nos ha pasado a todos: la primera vez que piensas en cómo empezar a trabajar por tu cuenta te invade un hormigueo excitante y genial, hasta que te das cuenta de toooooodo lo que tienes por hacer, siquiera para empezar a rodar.
Pero no te preocupes, porque en SinOficina🌴 hay un montón de freelances, emprendedores y gente que se lo guisa y se lo come, y te vamos a dar los consejos que nos hubiera gustado que nos dieran a nosotros cuando empezamos.
¿Todo listo? Pues vamos a descubrir cómo empezar a trabajar por tu cuenta.

Diferencias entre emprender, ser autónomo y el auto-empleo
Lo primero que tienes que tener en mente cuando piensas en empezar a trabajar por tu cuenta es que no es lo mismo emprender, ser autónomo y estar autoempleado.
Ya, a veces se usan como sinónimos, lo sabemos. Pero no son lo mismo.
👉 Emprender es empezar. Da igual qué y en qué condiciones.
Hay emprendimientos que no son nunca rentables, y entonces dificultan la tarea de trabajar por tu cuenta pero oye, siguen siendo “emprendimientos”. Ya sabes, esa mala manía que tenemos de comer los seres humanos, o de que nos guste tomarnos una piña colada a la sombra de una palmera…
Se puede “emprender” y no ganar un duro, porque emprender es empezar.
Y además hay toda una retórica ahí fuera que da a entender que emprender es maravilloso y está hecho para todo el mundo, cosa que no es cierta. Si estás pensando en montártelo por tu cuenta solo porque te mola eso de “emprender”, mejor revísalo todo bien.
Emprender tiene un alto precio en presión y en exigencia.
👉 Ser autónomo es solamente una descripción de una situación legal y fiscal. Eres autónomo de mil maneras, que se suelen caracterizar por pagar por trabajar. Algunos socios de empresas también son autónomos, con su cuota y todo.
Habitualmente la fórmula de autónomo será la que se adapte a empezar a trabajar por tu cuenta, pero no es la única solución. Incluso puedes trabajar por tu cuenta sin darte de alta en el régimen de autónomos en ciertos casos.
Si te da dolor de cabeza este tema, lo mejor que te podemos decir es que te asesores con un profesional para saber qué fórmula encaja mejor en el plan que quieres convertir en realidad.
👉 Ser autoempleado significa trabajar para ti. Es autoempleado cualquier persona que trabaja para sí misma, en lugar de para otros. Al menos, en teoría. Hay quien dice que cuando te lo montas por tu cuenta pasas de trabajar para tus jefes a trabajar para tus clientes… pero las diferencias, por sutiles que sean, deben ser tenidas en cuenta.
Ahora bien, a menudo se suele utilizar el término “autoempleado” para aquellos autónomos que viven de la misma manera que por cuenta ajena (en cuanto a ingresos finales se refiere), pero que además asumen la incertidumbre como propia y las mil tareas de captación de clientes.
Vamos, un chollo. Todo lo malo de ambas partes. En realidad, suele ser un término que refleja una situación a evitar, y aunque pueda ser tu caso los primeros meses (o años) cuando empieces a trabajar por tu cuenta, conviene tener un plan para alcanzar cierto nivel de ingresos y huir de esa mala acepción de ser “autoempleado”.
👉 Trabajar por tu cuenta es, simplemente, llevar a cabo una serie de tareas para un proyecto propio que tienes entre manos.
Esta distinción no es baladí: puedes empezar a montar tu proyecto (e incluso a testear si hay demanda para eso que quieres hacer) mucho antes de dar el salto, dejarlo todo y pagar tu primera cuota de autónomos.
Te lo vamos a contar mejor en los consejos de este artículo, pero antes debemos saber ciertas cosas importantes antes de saltar al vacío.

Qué saber antes de empezar a trabajar por tu cuenta
Ya hemos dicho que puedes empezar a trabajar por tu cuenta mucho antes de jugártelo todo a una carta, y es que la planificación y la estrategia son cuestiones que pueden marcar la diferencia.
Lo primero que tienes que tener es una idea. Parece obvio, pero no lo es. Mucha gente tiene el impulso de “emprender” o “montar algo”, pero no tienen una idea que les parezca (o sea) lo suficientemente buena.
No te preocupes si no tienes una idea. En lugar de presionarte para encontrar un propósito, intenta ver las cosas que ocurren en tu día a día desde una perspectiva que te permita detectar dónde hay gente que necesita cosas que tú puedes ofrecer.
Traza un plan
Segundo paso después de la idea: traza un plan. Lo normal suele ser validar esa idea, comprobar si hay una demanda real de eso que quieres hacer en el mercado, y si hay gente dispuesta a pagar por ello.
Pero claro, no es lo mismo montar una pastelería para celíacos que un negocio digital. Tendrás que tener claro cómo vas a hacerlo: qué necesitas como mínimo, qué pasos vas a seguir y cómo vas a detectar si vas o no en la buena senda.
Una buena opción en el caso de quienes quieren empezar a trabajar por su cuenta como profesionales de servicios es la de tener una buena marca personal. Consultores de marketing, desarrolladores web, diseñadores…
El primer lugar donde se pueden captar clientes, además del típico “family, friends and floks” (familia, amigos y conocidos), es en aquel sitio donde hay gente dispuesta a escuchar y aprender sobre lo que sabes hacer.
Para hablar de marca personal, trabajo por cuenta propia y trabajo por cuenta ajena tendremos otro post, no te preocupes. Pero tenlo en cuenta: conviene sembrar para luego recoger.
Burocracia, financiación y procesos
En ese plan que tienes que trazar, debes incluir tus limitaciones a la hora de enfrentarte a la burocracia y tus previsiones de financiación.
Algunos negocios tienen barreras de entrada legales muy concretas y costosas de superar. Otros tienen unas barreras de entrada muy pequeñas (lo que suele indicar que es fácil entrar, así que puede haber mucha gente en el sector).
Si necesitas financiación, deberás plantearte qué estrategias utilizar para obtenerla. Desde el clásico préstamo para emprendedores a préstamos privados, crowdfunding y crowdlending, o similares.
Como consejo extra: haz tus provisiones con un margen de seguridad. La mayoría de personas que empiezan a trabajar por su cuenta agota el dinero disponible antes de los plazos que estima, y se puede convertir en un problema si el negocio aún no es rentable para cuando eso ocurra.
Por último, valora todo el proceso de vida del cliente. Desde que alguien te consulta por un presupuesto (o te quiere comprar algo en tu tienda) hasta que se va satisfecho, hay muchos pasos.
Presupuestos, contratos de prestación de servicios, fiscalidad, contabilidad… De todo eso necesitas unos mínimos conocimientos y un sistema de organización que te permita invertir el mínimo tiempo posible para obtener el máximo rendimiento.
Sobre todo si te planteas ofrecer servicios, ten en cuenta que estas tareas copan un montón de tiempo, y que a pesar de que el valor final de lo que haces se genera cuando trabajas en otras cuestiones, hay que hacerlas igualmente (o delegarlas).
Ah, y antes de que se nos olvide. Sobre darte de alta o no: contrata un asesor fiscal o un gestor que te oriente. Alguien que te pueda decir cómo y de qué manera te conviene darte de alta y, a ser posible, si existen algunas deducciones aplicables a tu caso o si puedes acceder a alguna subvención.

10 consejos para empezar a trabajar por tu cuenta
Bueno, ya tenemos un poco claro cómo empezar a trabajar por tu cuenta, ¿verdad? Pues ahora, para rematar, te vamos a dejar 10 consejos para que no se te olvide nada antes de dar el salto.
👉 Prepara un fondo de emergencia
Cuanto mayor sea tu margen de maniobra cuando decidas emprender, más fácil será que dejes de preocuparte por el dinero los primeros meses y puedas dedicarte a ponerlo todo en marcha como debe ser.
Y recuerda: para validar la idea de negocio lo mejor suele ser intentarlo con un producto sencillo que funcione bien, luego ya habrá tiempo de hacerlo a lo grande.
👉 Finanzas: control total
Quien no controla sus finanzas no controla su negocio. Conforme pasen los meses, deberás tener claro qué producto o servicio es más rentable, cuál te consume más recursos, qué te genera más ingresos y más gastos y cómo estás recuperando la inversión.
Establecer objetivos financieros es importante. Y controlar el pago de impuestos y tener bien ordenadito el IVA para cuando toque pagar, también. Evita que te sorprendan los pagos trimestrales y te hagan pasar algún apuro teniendo control financiero de tu negocio.
👉 Analiza los riesgos y prepárate
En todo plan, siempre hay cosas que pueden salir mal. Puede fallarte un proveedor, puedes tener un riesgo alto a nivel legal en según qué servicios, puedes… muchas cosas.
Debes tener en cuenta qué riesgos puedes tener en tu aventura de trabajar por tu cuenta, y pensar en cómo te vas a preparar para ellos. Un abanico amplio de proveedores o un seguro pueden ayudarte.
Ponte en lo peor y calcula qué puedes hacer. Así, si lo peor ocurre de verdad, el susto no te paralizará y sabrás qué hacer.
👉 Presupuesta con margen de seguridad
Esto les pasa a todos los freelances, o proveedores de servicios por cuenta propia.
No hay un solo freelance que no haya infraestimado lo que debe cobrar por un proyecto, especialmente al principio. Bueno, y más adelante, sobre todo cuando se encuentra proyectos concretos que no son rentables por alguna razón.
Si incluyes un margen de seguridad de un porcentaje extra a lo mínimo que estableces en tus tarifas, lograrás paliar el efecto de esos proyectos que se prolongan hasta la eternidad, o te llevan más tiempo y dedicación de lo que estimaste la primera vez.
👉 Aprende a decir no
A veces no se puede todo. Y aunque pueden surgirte muy buenas oportunidades, debes tener en cuenta qué suma y qué no en tu plan maestro. O también, si tu plan maestro original debe cambiar.
Aprender a decir no a según qué tipo de “sinergias” o clientes es toda una virtud que se aprende con el tiempo, pero es mejor si la llevas entrenada antes de empezar a trabajar por tu cuenta.

👉 Socializa (en serio)
Muchas personas que empiezan a trabajar por su cuenta lo hacen con la ventaja que supone ser un profesional digital que trabaja desde casa (o desde cualquier parte del mundo).
Esto tiene partes buenas y partes malas, una de ellas la falta de socialización. No solo porque conocer personas interesantes con las que generar oportunidades profesionales o de negocio es importante para el desarrollo de tu actividad por cuenta propia, sino porque las personas normalmente necesitamos estar en contacto con otras personas.
Vale, algunas más que otras. Pero la soledad hace mella en todos, tarde o temprano. Por eso precisamente nació SinOficina🌴, como coworking online: un lugar donde trabajar sin oficina, pero con compañeros.
👉 Pide ayuda: Apóyate en otros: entorno, colaboradores
Para esto también es muy importante conocer a otras personas que te puedan ayudar. Especialmente si eres freelance, puede llegar un momento en el que no des más de ti. En esos casos, delegar y colaborar con otros profesionales puede ser la diferencia entre quemarte o morir de éxito.
Que no te dé miedo pedir ayuda. Trabajar por tu cuenta no es hacerlo al margen del mundo.
👉 No trabajes gratis
Esto pasa mucho, especialmente dentro de algunas actividades como el diseño, o en el caso de profesionales que están empezando y necesitan un poco de portfolio y experiencia.
No trabajes gratis. Trabajar gratis devalúa tu trabajo y el de la competencia, y afecta negativamente a tu sector y tu trato con clientes. Cuando has trabajado gratis para alguien, convertirlo en cliente de pago de una buena tarifa por el mismo servicio es muy difícil.
Cobra siempre, aunque sea un poquito. O haz trueques. También el aprendizaje y el perfeccionamiento deben ser rentables de alguna manera.
👉 No dediques al trabajo todo tu tiempo
Las personas que empiezan a trabajar por su cuenta suelen darlo todo por esa idea durante un tiempo prolongado, al menos los primeros años. Pero todo, a veces, es todo de verdad, y prescinden de cualquier otra cosa que no sea su proyecto.
Esto, evidentemente, implica muchos problemas y conflictos. Con la gente que quieres, con tus amigos… y también con tu propio yo interior.
Porque quien no guarda tiempo para respirar y desconectar pierde claridad mental y capacidad creativa, condenando la calidad de su trabajo y afectando negativamente a la viabilidad de su negocio a medio y largo plazo.
No te olvides de respirar si quieres llegar lejos.
👉 No descuides tu marca (personal, profesional, o la que sea)
Cuando la carga de trabajo empieza a ser grande, muchos profesionales (o marcas pequeñas de venta directa al público) se ven sobrepasadas y dejan de dedicarle tiempo a la presencia online y offline de sus marcas.
Pero es que, por obvio que parezca, captar clientes es tan importante como trabajar. Por eso un plan para empezar a trabajar por tu cuenta debería contemplar ese tiempo que le vas a dedicar a seguir alimentando tu marca, que servirá para facilitar la continuidad de tu proyecto en el mercado.
Estos son los consejos que tenemos en SinOficina🌴 para quienes, quizá como tú, están pensando en empezar a trabajar por su cuenta. Esperamos que te sirvan y te ayuden un poquito a asentar toda esa información que seguro que te ronda la cabeza.